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Descubrimos el fuego
y nos creímos su dueño

¿Qué derecho tenemos los humanos a experimentar con animales?

Los animales transgénicos

Ratón usado en un laboratorio | Shutterstock

Anna Calpe
Barcelona, 21/05/2021

Un día cómo hoy, hace 1,6 millones de años, una extraña criatura llamada Homo Erectus descubrió el fuego. Desde entonces, ese animal ha aprendido a dominar la natura, a desafiar sus leyes y a apropiarse de todo aquello que sus ojos pudieran desear, incluso de las otras especies. Y no solo se apopió de ellas, sino que también las usó  como placebo para garantizar nuestra supervivencia. En España, 817.742 animales fueron destinados a la experimentación y a fines científicos en 2019, según el último estudio publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Una experimentación que no pasa desapercibida para las asociaciones animalistas y el foco mediático después de que, hace un mes, Cruelty Free International hiciera públicas unas imágenes de malas praxis en un laboratorio de Vivotecnia en Madrid, donde se destapó un supuesto caso de maltrato y explotación animal. Esas imágenes, que ahora están siendo investigadas por la justicia, han puesto sobre la mesa una vez más el debate ético y científico de si nosotros, los humanos, podemos aprovecharnos de los animales para satisfacer nuestras necesidades y proteger a nuestra especie.

¿Quién regula la experimentación?

La experimentación científica con animales está regulada por la Directiva 010/63/UE, del Parlamento Europeo, y por El Real Decreto 53/2013, del Gobierno de España. Desde 2013 está prohibido el uso de animales para experimentación con fines cosméticos en la Unión Europea y también la comercialización y venta de productos que hayan sido previamente testados en animales. Según la Animal Research Associaton, todo aquel que quiera realizar un experimento con animales deberá seguir el principio de las 3 R para ser aprobado por un comité de ética y poder llevarlo a cabo. Las 3 R son: Remplazar, Reducir y Refinar. En primer lugar, un experimento con animales solo se podrá llevar a cabo si no hay ninguna otra alternativa. Además, el número de animales usados en el experimento deberá ser el mínimo posible y las técnicas que se apliquen deberán causar el mínimo daño en ellos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con estas bases se pretende que la experimentación animal disminuya gradualmente y que proporcione leves grados de sufrimiento al animal.  Aunque, según el último informe anual presentado por el MAPA, el número de animales no recuperados en las experimentaciones en 2019 (55.091) es un 2,13% mayor que en 2018 (38.163).  Además, el número de animales que ha sufrido una angustia severa durante la investigación ha aumentado (7,53%), y el número que ha sufrido un dolor leve ha disminuido (48,83%).

Jordi Jispert Giron, periodista y responsable del departamento de experimentación animal de la Asociación Defensa Derechos Animals (ADDA) asocia este problema a la opacidad legal. “Hay mucha impermeabilidad, los laboratorios no enseñan lo que hacen y las cifras que presentan a la Comisión Europea tampoco son claras.” Jispert denuncia que solo han de presentar datos sobre el grado de dolor que sufren los animales y no sobre el trato que reciben o la finalidad del experimento.  “Normalmente son trabajadores internos y no la administración quien denuncia los casos de maltrato en laboratorios. Todo es un negocio, si el lobby económico hace brutalidades, no las dirá.” Desde ADDA tienen muy claro que lo que mueve el mundo es el dinero y que esta es la razón principal por la que se siguen cometiendo este tipo de prácticas, según dicen, mayoritariamente remplazables por métodos científicos: “No es un tema ético, está comprobado que la mayoría de experimentaciones no son extrapolables a la especie humana y, aunque algunos de esos experimentos lo fueran, creo que deberíamos tener un respeto por los animales y por la natura y dejar de creernos el centro del mundo”, añade.

 

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Infografía 3R | Anna Calpe

"Si el lobby económico hace brutalidades,
no las dirá"

Las palabras del periodista se contradicen con las de la doctora Cristina Fornaguera i Puigvert, profesora de biotecnología e investigadora del grupo de ingeniería de materiales en el Institut Químic de Sarrià (IQS).  Fornaguera está involucrada en varios proyectos de experimentación animal donde utilizan biomateriales como sistemas avanzados de libramiento de fármacos.  Algunos de las investigaciones en curso que involucran animales, mayoritariamente ratones, son la terapia de cáncer de pulmón, creación de una vacuna contra la covid-19, proyectos de regeneración de retina y de regeneración muscular.

“Hoy en día, la experimentación con animales es completamente necesaria. Hasta la fecha, no existe ningún otro método científico que la pueda sustituir.” También asegura que hay una regulación muy estricta por parte de los comités de ética a la hora de aprobar la ejecución de una investigación con seres vivos. “Puedo garantizar que no se hace ninguna experimentación con animales hasta que no es imprescindible”, dice Fornaguera. Estos experimentos se llevan a cabo en sus investigaciones cuando los nano sistemas desarrollados probados en in vitro no funcionan y solo queda la alternativa de probarlos in vivos. “Además, la regulación depende mucho de cada país. Nosotros nos regimos por la normativa de la Agencia Europea de Medicamentos (AEM) y por la Generalitat de Catalunya, que es una de las más duras que existen.” Es precisamente esta regulación la que la indigna ver imágenes como las de Vivotecnia en los medios de comunicación: “Las imágenes que salieron del caso de Madrid son escalofriantes y estoy al 100% de acuerdo con que son falsas. Si buscas en la hemeroteca, hay las mismas imágenes de un mismo caso en Inglaterra. La sociedad a veces puede hacer las cosas muy mal, pero en cualquier animalario hay procedimientos de control mensual y,  si no, más habituales, que supervisan el buen trato del animal. Al menos en los que yo he trabajado.”

El animal más usado en las investigaciones es el ratón. En 2019 se utilizaron un total de 460.761 ratones en laboratorios. “Conseguir que te aprueben una experimentación con un chimpancé, por ejemplo, es casi imposible, nadie te lo va a aprobar. Al menos, en nuestro país.” Fornaguera explica que la experimentación con animales más grandes que el ratón suelen realizarse en terapia de regeneración ocular o muscular, ya que la retina de los ratones es diminuta y el peso que aguantan es mucho menor al de un humano y, por tanto, se necesitan animales más similares al humano para que el experimento pueda tener efecto en nuestros organismos.

La regeneración de retina y muscular son solo la punta del iceberg. La experimentación con animales es fundamental para tratar tumores y en el campo de la inmunología. Así lo explica la doctora: “Una vacuna, para que sea efectiva, ha de involucrar la activación de todo el sistema inmunitario. Si no usamos animales en la investigación, ¿cómo reproduces in vitro todo un sistema inmunitario?” En cambio, si se aplica la vacuna previamente a un ratón, podemos tener más certeza que va a funcionar sin tener efectos secundarios en un ser humano.

Llorenç Puig Puig, integrante del comité de ética de la Universidad Ramon Llull, opina que es no es extraño pensar que el ser humano es un ser superior a nivel intelectual. “No es lo mismo una persona humana que un simio superior, que un perro, un ratón o una bacteria.” Dice que existe un tema de gradación demostrable científicamente que depende de la red neuronal y de la capacidad de autoconsciencia de los seres vivos. Asimismo, le da mucha importancia al principio de las 3Rs y defiende que antes de realizar cualquier experimento que involucre animales, hay que intentar reemplazarlo por otra técnica. Puig también insiste en la importancia de la formación ética en la Universidad. En sus clases de biotecnología le da mucha importancia a la formación de las personas. “Ha de haber unos mecanismos de control y formación para que los profesionales actúen correctamente”.

Queda demostrado entonces, que la experimentación animal es necesaria para el avance de la ciencia y la tecnología. Los laboratorios se rigen por un conjunto de normas muy estrictas que protegen al animal y, aunque cada vez haya más técnicas que permitan reemplazar estas investigaciones, aún no se ha llegado al punto de poder prescindir de los animales en los laboratorios al 100%. Si esto pasara, Puig afirma que estaríamos casi en un mundo de ciencia ficción. “Si se remplazaran los animales, pasaría una cosa que no sé si sería peor y horrorosa, que es que crearíamos animales descerebrados, cosa que daría un poco de miedo”.

 

ojo

"Hoy en día, la experimentación con animales
es completamente necesaria"

"No es lo mismo una persona humana que un simio superior, un perro, un ratón o una rata"

Vaccine Production Line

Ojo | Shutterstock

Proceso de fabricación de vacunas | Shutterstock

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