"Siempre hay por quién vivir, con quién soñar y a quién amar"
La esperanza de abrazar pronto a los suyos ayuda a las personas mayores a esquivar la soledad
Marisa Guallart se asoma al balcón y sonríe a su vecina mientras esta la saluda | Pedro Luis Grima
Diego Grima Martínez
Barcelona, 18/04/2021
"Triste", "apagada" o "desanimada" son algunos de los adjetivos que utiliza Marisa Guallart para describir su estado de ánimo durante el confinamiento. Viuda, con cinco hijos y ocho nietos, es una mujer de 86 años que ha tenido que pasar prácticamente un año sola, encerrada en casa por la pandemia de la COVID-19. Carmen Martínez, con 84 años, también viuda, con tres hijos y seis nietos, explica con voz melancólica: "Lamentablemente, ser persona de riesgo ha provocado que me sintiese sola y aburrida en muchos momentos del confinamiento". Enrique Tornés, de 79 años, con dos hijos viviendo fuera de España y su mujer internada en una residencia a causa del Alzheimer, resume el confinamiento como una época en la que se ha sentido desinformado, sin certezas, inmerso en incertidumbres y preocupado por su familia. Ha sido un tiempo duro para la población mundial, pero el sector de la tercera edad lo ha pasado especialmente mal, puesto que, por su avanzada edad, constituye un grupo de población de riesgo que tiene que tomar muchas medidas para evitar ponerse en peligro.
Marisa Guallart afirma que ha tenido que tomar varias medidas para prevenir el contagio por el “maldito virus”, como no salir de casa para ir a comprar todo tipo de necesidades y pedirlo todo vía online o telefónica. Siempre que le traían alguna cosa tenía que decirle al repartidor que lo dejase en la puerta y, una vez se había marchado, se encargaba de salir ella misma con mascarilla, guantes y gel para limpiar cada uno de los productos comprados. La misma rutina utilizaba Carmen Martínez, quien asegura que "por muy difícil que se me hacía tener que aplicar esas medidas de seguridad tan continuamente, estaba obligada a ello si quería estar bien y proteger mi salud". También explica que había veces que algunos vecinos se ofrecían a hacerle la compra, pero ella siempre decía que prefería encargarse personalmente, para distraerse un poco y no estar siempre en la misma monotonía de ir del sofá a la cama y de la cama al sofá. Enrique Tornés manifiesta que siempre ha tenido miedo de ser transmisor asintomático, a pesar de seguir todas las medidas de seguridad. "Algo que he tenido que hacer, inimaginable poco tiempo atrás, ha sido poner en el recibidor de mi casa dos paquetes abiertos de mascarillas quirúrgicas y dos recipientes dispensadores de gel hidroalcohólico".
El sector de la tercera edad constituye un grupo de población de riesgo que tiene que tomar muchas medidas para evitar ponerse en peligro
Marisa Guallart viendo la televisión | Pedro Luis Grima
Tener que aislarse de la sociedad puede acentuar el sentimiento de soledad que viven habitualmente muchas de estas personas. Usamos con frecuencia la palabra soledad, pero son las personas que la padecen las que mejor se aproximan a su significado. Según Marisa Guallart, "la soledad es no poder hablar ni contar con nadie; para mí es un sinónimo de tristeza". Carmen Martínez siente que la soledad es algo demasiado subjetivo, que no se puede describir, a pesar de que lo intenta y expresa que "es una sensación provocada por necesitar a alguien a tu lado y no tenerlo". Por su parte, Enrique Tornés afirma de manera rotunda, con la mirada perdida, que él personalmente ha sufrido soledad, describiéndola como algo provocado por no estar integrado en estructuras afectivas o tener carencia de vínculos.
En su estudio sobre la psicología social de la soledad (1981), los investigadores Daniel Perlman y Letitia Anne Peplau, afirmaban que "la soledad es una sensación resultante de una discrepancia entre los niveles de contacto social deseado y la realidad que la persona ha logrado conquistar". Los grupos de mayor riesgo de sentirse solos son las personas más mayores o aquellas que viven solas. Con 86,7 años de esperanza de vida, al ser más longevas, las mujeres tienen más probabilidad de vivir solas durante más años que los varones mayores, que tienen una esperanza de vida de 80,7 años. Los últimos datos del INE muestran que casi un tercio de las personas que viven solas en España tienen más de 65 años, un 72,3% de las cuales son mujeres. De hecho, el informe de la Agencia de Salud Pública de Barcelona de 2018 destacaba que en la capital catalana había aproximadamente 90.000 personas mayores de 64 años que vivían solas, y entre este grupo de personas, la percepción de la soledad era mayor en las mujeres (30,5%) que en los hombres (16,6%).
Carmen Martínez hablando por videollamada con su familia | Carmen Martínez
El estado anímico de Marisa Guallart ha ido cambiando a lo largo de los meses: "Por momentos parecía que se veía la luz al final del túnel, pero en otros parecía que esto no iba a terminar nunca". Al principio, cuando se decretó el estado de alarma, se encontraba con mucha fuerza para aguantar y con esperanza de que terminase lo antes posible. Una vez se dio cuenta de que esto iba para largo y llevaba dos o tres meses encerrada en casa, se sintió decepcionada por mucho que sabía que nadie podía hacer nada, aunque, eso sí, asegura que nunca le faltaron fuerzas para seguir luchando. Esas mismas sensaciones paradójicas las ha vivido Carmen Martínez, quien afirma que ella ha visto siempre la pandemia como un camino sin salida, aunque a la vez confiaba en que, con el paso del tiempo, se le encontraría una. Ambas coinciden en señalar que son conscientes de que esto les ha arrebatado mucho tiempo para disfrutar con los que más quieren, aunque esperan que la situación termine pronto.
Marisa Guallart expresa sus sensaciones y hace un canto a la vida diciendo: "Cuando me levanto, abro la ventana de mi casa y, mirando el mar y a una buena parte de Barcelona" -Marisa vive en un piso alto del Eixample-, "veo lo maravilloso y bonito que es el regalo que me ha hecho la vida de poder vivir un día más en esta ciudad. Por la tarde miro por la parte de la montaña y me recuerda a un belén. Es tan precioso que lamento que tengamos que estar como estamos y no podamos disfrutar todos juntos como nos gustaría en esta preciosidad de vida que se nos ha regalado". Carmen Martínez, cuyo salón da al patio interior de un edificio, explica que, aunque haya sido muy de vez en cuando, se ha ido apoyando en sus vecinas y amigas con quienes ha podido conversar desde los balcones, remarcando que "solemos hacer muchas bromas y chistes de nuestra época para mantener el humor en estos momentos tan complicados". Enrique señala que, "durante el confinamiento, para hacer más ameno mi día a día encerrado en casa, me asocié al Institut Barcelonès d'Art para aprender a pintar académicamente y me he integrado en un grupo semanal telemático de estudios de solfeo".
"La soledad es un sinónimo de tristeza"
Personas mayores de 64 años que viven solas en Barcelona y la percepción de soledad entre estas | Elaboración propia a partir de los datos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona
Personas que viven solas con más de 65 años y esperanza de vida en España | Elaboración propia a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística
La soledad tiene un impacto directo en la calidad de vida, salud y bienestar de las personas. En la asociación ‘Amigos de los Mayores’, nacida en 1987 en Barcelona, creen que la soledad no es un fenómeno individual, sino un fenómeno social que nos afecta a todos. Su presidente, Albert Quiles, cree que “España necesita una estrategia nacional de soledad” y afirma que “en las situaciones complejas, la solidaridad es la mejor respuesta”. Por su parte, la ‘Asociación Contra la Soledad’, fundada en 2018 y que, como su propio nombre indica, tiene como objetivo fundamental la lucha contra la soledad, considera que "la soledad es una carencia o insuficiencia permanente de relaciones sociales, que lleva a las personas que la experimentan a situaciones de sufrimiento y riesgo, y que puede con frecuencia conducir a la depresión y otras enfermedades”. Su presidente, Lázaro González, manifiesta que su objetivo es "contribuir a tener una sociedad más humana", pero, para ello, “hemos de tomar conciencia de la gravedad del problema y poner en marcha de forma urgente una serie de medidas que ayuden a acabar con el drama de la soledad no deseada”.
Marisa Guallart con sus 8 nietos | Álbum familiar
Carmen, aunque ha encontrado en las videollamadas una nueva vía para comunicarse con sus seres queridos, algo que era impensable para ella hacía unos meses, solo piensa en poder ver personalmente y "achuchar" a sus familiares. Enrique Tornés también se ha comunicado todo lo que ha necesitado mediante el uso permanente de recursos telemáticos, a los que no estaba acostumbrado. Comenta que "lo más ilusionante para mí, ahora mismo, es reanudar las visitas a la residencia en la que está internada mi pareja y poder volver a pasear diariamente con ella por los jardines de la institución". Hojeando un álbum de fotos familiar, Marisa parafrasea a Julio Iglesias, recordando que, afortunadamente, "siempre hay por quién vivir, con quién soñar y a quién amar", y coincide con Carmen al manifestar que lo primero que va a hacer en cuanto todo vuelva a la normalidad es abrazar a todos sus hijos y nietos, ir a comer con amigas e intentar recuperar todo lo perdido: "Ahora mismo mi sueño es que llegue el día en el que pueda disfrutar sin límites con la gente que quiero". O, como dirían Perlman y Peplau, conquistar en la realidad lo que ahora mismo no es más que un muy esperanzado deseo. O, como diría el propio Julio Iglesias, los tres desean volver a la normalidad y que la vida siga igual que antes.
Lo primero que quieren hacer cuando todo vuelva a la normalidad es abrazar a sus hijos y nietos e intentar recuperar todo lo perdido
Voluntaria luchando contra la soledad de una persona mayor | Amigos de los Mayores