Impresiones en pantalla
La visión de dos directores del audiovisual sobre la vejez
Actores preparando una escena | Unsplash
Joana Mulet Marsà
Mollerussa, 30/04/2021
En la 93 a edición de los Oscars dos actores destacaren por encima el resto: no por su género ni por su raza sino por su edad. Youn Yuh-jung, actriz surcoreana de setenta y tres años, ganó el Oscar a mejor actriz de reparto y Anthony Hopkins, inglés de nacimiento, se hizo con la estatuilla de mejor actor a los ochenta y cinco años de edad. La conmoción causada por sus premios fue gigantesca en unos Oscars donde se premiaba la diversidad.
Experiencia i sabiduría. Dos palabras que definen a la gente mayor en su totalidad. Según la directora de cine Judith Colell: “La gente mayor ha hecho muchísimas más películas que podía haber hecho alguien joven, tienen más conocimiento del que se les está pidiendo y son mucho más rápidos en la reacción” “En los Oscars de cuatro premios al mejor actor ganaron dos de gente muy mayor y creo que tienen mucho a contarnos”
Según el director Oriol Gispert “La gente mayor con la que hemos colaborado suelen ser muy amables y al final lo agradecen”. Gispert, que ha realizado tanto documentales como cortos, define a la gente mayor como: “libros abiertos que tenemos que aprovechar”.
En un sector donde entran constantemente nuevas hornadas de directores con innovadoras perspectivas, es posible que se vean visiones que no tengan en cuenta a la gente mayor. Judith Colell comparte la carencia de respeto que ha observado de los directores más jóvenes hacia los más veteranos: “Si tu compites con alguien más grande y con más experiencia y madurez, lo habitual es decir: el premio es tuyo, estoy a tus pies”.
Una situación parecida se vive las aulas con los futuros comunicadores “En clase, se propuso hacer un reportaje sobre un abuelo y un nieto que iban en verano a un pueblo de la Mancha, pero este año el abuelo, por el coronavirus, no había podido ir. Los alumnos escogieron el tema de las primeras experiencias sobre los encuentros en Tinder porque les parecía más interesante” explica Gispert en relación con su alumnado.
"Estamos educando a los jóvenes a no aprender de la sabiduría de la gente mayor"
El problema de esta falta de reconocimiento claro hacia las generaciones mayores radica en un mismo culpable: la sociedad. “El problema es nuestro sobre cómo estamos educando a las generaciones más jóvenes a no aprender a respetar la sabiduría y el conocimiento de la gente mayor", Colell.“ Siendo, la gente mayor, un pozo de sabiduría en la mayoría de los casos y siendo gente que podrían dejar un legado muy grande quizás no tengan toda la filmografía que se merecen, pero eso es fruto de una sociedad que no los reconoce”, Gispert.
Con todo el avance de presencia en el sector audiovisual aún hay actores que viven en condiciones precarias: “Lo están pasando muy mal porque tienen poco empleo. Yo conozco casos en los que no tienen derecho a la jubilación porque no han cotizado” afirma Colell.
Según datos del estudio realizado por la fundación AISGE en el año 2016 tan solo en 8,17 % de los actores españoles podían vivir de esta profesión. Conforme avanzaba la edad el porcentaje decaía. “Mucha gente no llega a los mínimos y cobran 500, 600 euros como mucho que generan problemas de supervivencia”.
Los datos concuerdan con el panorama de actores de la tercera edad españoles. La casa del actor, figura emblemática de esta profesión, cierra sus puertas por falta de fondos dejando sin amparo actores con mínimos recursos. “ Llega un momento que, a los 70 75 años puede seguir trabajando pero de los 85 años a los 90 ya es más complicado”.
Aún así se perciben las ganas que persisten en el mundo audiovisual respecto a seguir trabajando y produciendo “Esto no se termina a los 65 años, quien lo tiene dentro no lo termina” comparte Oriol Gispert, “Cuanta más experiencia de vida tengas mas interesante es el que puedas llegar a decir. Tienes más vida y más interés”.